viernes, abril 24, 2009

Entre la realidad y la ficción. El poder de la información.

Alguna vez ya en diversas películas de ficción ocurría que grandes y emblemáticas ciudades eran presas de zombies, virus mortales y demás pandemias de las cuales los seres humanos eran objetivo de exterminio.


Ayer, mientras la noche amenizaba, se informó a nivel nacional la suspensión de clases en todos los niveles debido a una probable epidemia del virus de influenza, el cual no era para alarmar, según sus portavoces. ¿Y sólo por el hecho de 14 defunciones se comete el arrojo de tal medida?
Esta información a manera de "flash informativo” supone una acción preventiva y adicionalmente una herramienta para disminuir la histeria colectiva. Sin embargo el gobierno y sus portavoces no han hecho más que evidenciar la falta de información oportuna, certera y precisa, lo cual genera desconfianza y es precisamente esa estrategia mal empleada la que desata con éxito la hipocondría colectiva.


¿Por qué siguen concurriendo estas prácticas?...donde la información es velada a unos cuantos y es dosificada…Ello es lo que causa exactamente estos brotes de rumor, desinformación, leyendas urbanas y demás vicio desinformativo.


¿Qué si se encontraron en los cadáveres otros desórdenes incubados como tuberculosis y demás virus? ¿Qué si la influenza viene del excremento del cerdo o por comer producto porcino? ¿Qué si es una estrategia para desviar otros fenómenos y hechos sociales? ¿Qué si las vacunas para combatir la influenza son en realidad las propagadoras del virus? Y demás hipótesis que dan por sí solas para crear buenas historias de ficción narrando el preámbulo del fin del mundo, nada original pero funcionales.


...A dónde correr sino a la imaginación cuando la realidad nos da una materia tan maleable.
Juguemos con la realidad ficticia, con la ficción real. Claro, con la mesura de saber que en este juego, la pérdida es la ganancia, o viceversa, por aquello de la relatividad.
Encerrémonos, luzcamos graciosos “tapaboca”, abarrotemos las farmacias –automediquémonos- o resignémonos a lo que sea que tenga que pasar. Tome su lugar, ello habla más de lo que usted creería.


Nota integral Reuters

Prevención

Comentarios curiosos, propios para crear y creer un mil historias.

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