viernes, abril 24, 2009

Me hubiera encantado quedarme...

3:00 p.m. Cruzamos Groenlandia. La vista es espectacular, el frío a distancia, el hielo acomodado y el arcoiris al centro. Irrepetible.
Esa fue la última vez que este ser errante y rabioso dejó aquella aserción de pertenecer. Tomé las maletas y corrí al encuentro con esos extraños al otro lado del océano.
Desde que sentí despegar, las vibraciones removieron mis entrañas y el ímpetu de desaparecer. Un poco de incertidumbre...no sabía a dónde llegaría.
Me aligeré hasta llegar con el guerrero espartano quien me enseñaría la grandeza de la fragilidad y cómo las despedidas no son adioses sino bienvenidas interdictas.
"Es ella, sí es alguien definitivamente sería ella"
Ese espacio estaba reservado, lo decía la mirada repleta de deseos insatisfechos y el corazón al sucumbir suspiros al aire. Eso fue lo que amplio la miope visión que suelo defender cuando se trata de un regreso, algo inconcebible para mis reacias actitudes. Me estremecí por primera vez por el sol naciente.

Me dio gusto ver al espartano, encontrarme con alguien que semientendiera mi extraño andar. Nos divertimos degustando el conocimiento de lo ajeno. Extraños despojados de disfraces y protegidos por nuestros miedos compartidos.
¡Qué delicia, abismarse así! Sin pretensiones, desnudos de prejuicios e historia; vestidos de temores e ilusiones; con la mente abstraída de lo espacial y tangible; plagados de impulsos y sensaciones, pura sensibilidad.
"¿Por qué no te conocí antes?"
"¿Por qué no fuiste conmigo al cine?"
Así salí de la cápsula y soñé con mundos lejanos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario