Como en la gran mayoría de las reuniones familiares, sobretodo en aquellas en las que se celebran a los más grandes de la dinastía, surgen las conversaciones sobre "cómo era antes tal o cuál cosa", "cuando eras chiquito, yo te...", "Se acuerdan cuando...", etc, etc. Sucede que mi memoria siempre ha funcionado de una manera caprichosa, pues acostumbro olvidar gran parte de lo vivido y suelo recordar las cosas más simples o eventos graciosos, como: palabras mal dichas, sucesos de pena ajena, caídas, colores o formas, olores, e incluso sueños relacionados con las personas. Ello me hace ferviente oyente de conversaciones que versan en situaciones en las que supuestamente participé. (De no ser por la libreta que cargo afanosamente, mi cámara fotográfica y mis recortes, no sé que habría sido de mí, o mejor dicho no sé cuántas veces más bajo el ensayo y error, seguiría dando vueltas tras mi cola -claro, aún con toda esta metodología y pseudodisciplina de registro "caigo en los mismos errores", diría José Alfredo-).
Y así, mientras subía el straplees de mi vestido para no caer en la indecencia y vulgaridad de los ojos ajenos, mi abuela me llamó para presentarme a sus compadres:
-Mire, a mi nieta
-Wow, qué grande, qué linda está, ¿ya cuántos años tiene?- decía, mientras me incomodaba ser el centro de ese discurso lleno de halagos y galantería, cual niña buscaba afanosamente salirme de allí
-25, ya. Qué rápido, ¿no?
Y así transcurrieron un par de minutos, y enseguida ante mi cara de hartazgo y desconocimiento de los seres que se dedicaban a halagarme, contaron:
Cómo me acuerdo de esta muchachita, desde chiquita con su carácter y tan abusada. Sonreí, por supuesto. Y continuó:
Y así, mientras subía el straplees de mi vestido para no caer en la indecencia y vulgaridad de los ojos ajenos, mi abuela me llamó para presentarme a sus compadres:
-Mire, a mi nieta
-Wow, qué grande, qué linda está, ¿ya cuántos años tiene?- decía, mientras me incomodaba ser el centro de ese discurso lleno de halagos y galantería, cual niña buscaba afanosamente salirme de allí
-25, ya. Qué rápido, ¿no?
Y así transcurrieron un par de minutos, y enseguida ante mi cara de hartazgo y desconocimiento de los seres que se dedicaban a halagarme, contaron:
Cómo me acuerdo de esta muchachita, desde chiquita con su carácter y tan abusada. Sonreí, por supuesto. Y continuó:
Jeje, cuando jugábamos a que le ponía retos; y corría y se apuraba para llegar a dónde estaba ya con sus planas hechas o con lo que le había dejado hacer. Y así se la pasaba hasta que me cansaba y le decía que era su recreo...pero nunca se me va a olvidar cuando me dijo que ya eran muchos recreos, y le dije que esta era una nueva escuela, ella me contrapunteó diciendo que no había tantos recreos en la escuela...y cuando le confesé que ya estaba cansado, para finalizar su argumentación con un encono de enojo, me dijo: Si no vas a jugar bien, entons ¿Pa' que empiezas?
Cuando escuché esto, la risa me invadió pero la contuve y sólo salió un torpe graznido. Y pensé, ¡Qué sabia niña, caray! Aquella que tan sólo con un "Si no vas a jugar bien, entons ¿Pa' que empiezas?" acompañado de un ceño fruncido decía todo, y no obstante con ello, se alejaba con la ligereza de no comprender el mundo adulto y de no interesarse en comprenderlo...se alejaba feliz tomando sus juguetes...y seguía corriendo por el sendero.
Qué chida crónica, me alegro, al fin has cambiado el tono de tu blog, creo que con este texto diste un vuelco sobre lo que venías escribiendo, esa es mi impresión, lo leí con gusto, y ya me habías dicho que querías escribir algo diferente y se dio, qué bueno (aunque sólo es mi humilde opinión, no me creas mucho).
ResponderBorrarSi eras (eres) ese niña, creo que no has cambiado mucho, a veces uno piensa en la infancia y ve que ya tenía ese carácter que ahora según dice que se formó a través de lo vivido, aunque desde la semilla ya estaba presente.
Además por primera vez apareció tu blog al principio de mi lista de blogs que tengo en adversus. Y me emocioné y me dio gusto y corrí a ver el enlace...
"Madurar es tomar las cosas tan en serio como cuando eramos niños" Nietzsche
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