
no espera nada, no miente,
sólo es
Sin espera de alabanza o reconocimento
tan viva como inerte,
tan frágil como fuerte,
tan fútil como perenne,
Esa es la verdad
de cómo la vida podría ser otra cosa
Nota integral Reuters
Prevención
Comentarios curiosos, propios para crear y creer un mil historias.
Ese espacio estaba reservado, lo decía la mirada repleta de deseos insatisfechos y el corazón al sucumbir suspiros al aire. Eso fue lo que amplio la miope visión que suelo defender cuando se trata de un regreso, algo inconcebible para mis reacias actitudes. Me estremecí por primera vez por el sol naciente.
¡Qué delicia, abismarse así! Sin pretensiones, desnudos de prejuicios e historia; vestidos de temores e ilusiones; con la mente abstraída de lo espacial y tangible; plagados de impulsos y sensaciones, pura sensibilidad.
Así salí de la cápsula y soñé con mundos lejanos.
Estos últimos años me he alimentado de comida enlatada, confiable, de esa que siempre está a la mano y uno toma mecánicamente para cuando se necesita un bocado; en ocasiones me ocurre uno que otro manjar momentáneo, pero no me agrada lo efímero por contradictorio que parezca...prefiero el aroma confortable y conocido de los alimentos triviales por ahora.
Aunque debo decir que me encontré con un extraño alimento empaquetado de una forma tan vista y tan trillada que no me provocó más allá de una mirada esquiva pero debo confesar que notando los ingredientes -una extraña combinación de alimento orgánico, transgénico y a la vez tan natural tan cercano a la tierra, a ese olor fresco de campo, de brisa y raíces- me está causando una alteración en mi dieta. Es el placer más arrebatado que ha acaecido en esta sequía. Puedo ver la sonrisa torpe y soez que aparece en mi rostro. Síntoma propio de lo inevitable, el aroma ronda y enciende mis sentidos, se prueba apetecible, me seduce. Amo el olor y su prometedor añejamiento.