La vida está tapizada de decisiones y aderezada con las formas, colores, olores y temporalidad de dichas determinaciones. Hacía mucho tiempo que no tomaba una sentencia por mi misma, más allá de las básicas, incluso las más triviales han sido motivo de una tercera mano. Esta vez, pensé debía ser diferente, sentí una de esas sensaciones que nacen del fondo, del fuego de las pasiones y no de los impulsos.
Preparé todo y nada.
Unas palabras sin discurso.
Una cita sin razón.
Quiero hacer aquello que he dejado postergado -ahora entiendo un poco a lo que se refería el lobo ibérico al decirme que vivo en un mundo incomprensible y abstraída de los demás-
Quiero intentar...perder y ganar con naturalidad
Quiero aprender a manejar un automóvil -sin fascinación por el simple hecho de ir de noche-, y a nadar -por lo menos para dejar de soñar con el mar en su versión temible-
Este año ha sido benevolente pero ha removido mucho. Me sentí mejor al menos por unos momentos.
***
Faltan dos días para el cumpleaños de una de las personas que más aprecio y que me ha acompañado en estos dos extraños años. Que en el día y la noche permanece; que me ha escuchado gritar, llorar, reir; me ha sacado del MP, de las noches peligrosas en los lugares oscuros, de los lugares incómodos. Con quien he compartido viajes, películas, música, y un poco de esas, mis palabras ininteligibles para su sencilla y práctica vida. De caminar seguro y andar zigzagueante. De pocas palabras y mucho corazón. De enormes sonrisas y reducidas quejas. De gustos gourmet y de ahorro nulo. Este año, necesita un marrranito patriota si es que querrá irse a Liverpool el próximo verano. Serán buenos días y festejos que ameritan toda la presencia.
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