domingo, octubre 31, 2010

Discurso amoroso en la cocina

No sé cómo decir cuanto te extraño y cuanta falta me has hecho en este lustro sin que éstas palabras suenen sabidas, sin que éstas palabras sepan conocidas y sean confundidas con el sabor cortés con el que se mezclan las vidas y sabores.
Veo la mirada compasiva y poco comprensiva del doctor, de la extensión y distensión del corazón el doctor dice que no me preocupe pues hay temporadas de taquicardia, que no hay nada raro en ello, que el dolor de cabeza y mareo es producto de una tristeza y en otras tantas de enojo.
De un tiempo a la fecha, sufro terribles taquicardias y falta de aire, hechos que emulan suspiros al aire...como quisiera que estuvieras aquí y poder mostrarte el latido acelerado de mi corazón, que bien sé encontraría alivio con tu mirada, esa que siempre regalabas a mis locuras y padecimientos.
¿Cómo decir que te extraño? ¿Cómo no encontrarte en cada letra, canción, palabra...? ¿Cómo olvidar tu mirada y tus palabras verdeazules, siempre? ¿Cómo no añorar tu paz y certidumbre? ¿Cómo no arrojar lágrimas al cielo al saber lo mucho que falta para encontrarnos en la estación? ¿Cómo no parecer hongo alucinante si sólo estás tú, aquí, en mis no lugares y no presencias? ¿Cómo me alimento si se me agota la fuerza para rendir la temporada de cerezas?


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