miércoles, agosto 05, 2009

¿Por qué regresas?

Buena pregunta.


¿Por qué?




  • por culpa. Nada como pagar a unos lo que debemos a otros.

  • por reparar un daño. Nada como sentirnos el centro del universo.

  • por comodidad. Nada como mecerse en el sillón que empalma su forma con la nuestra.

  • por miedo. Nada como mantener la puerta cerrada con lo que dominamos.

  • por deseo. Nada como comerse un dulce que nos ha hecho salivar. Mmm, qué gozo!

  • por ser. Nada como encontrarse, fluir, caminar sin cuestionamientos y compartir. Cursi, idealista, si, pero sincero.


Las primeras dos acuden al pensamiento revesible, aquel que nos hace creer que actuamos de manera "inadecuada", lo cual a veces sólo es la "no esperada", y ello causa una separación entre las partes: la que aspira, la que entrega y la que es, la que recibe. La segunda cuestión, en específico, es más histórica, actúa bajo la creencia de que somos la causa de todo, de sentir el sino de dios y querer remediar lo hecho a alguien, patético pretexto.



Las dos últimas asisten más a lo corpóreo y la unidad de aquello que vemos como bello y apetecible. Uno, el deseo, lo que la vista come en grandes bocados; luego lo disimula con la admiración al intelecto, bondad, amabilidad, astucia o lo que sea que nos atraiga. El deseo de eso que queremos para nosotros o en nosotros, está presente (no deseo erótico de las formas sino de los fondos). La segunda, el ser, el sincero placer del arrojo, el sentir ese placer único con esa persona, sea lo que ésta represente, el disfraz que tenga, lo que provea. Como si ese fuése el lugar en el que somos multiplicados.



El término medio, ese horrible estado de indefinición, la comodidad. Como no sé que es lo que quiero arropo lo que tengo. En sentido coloquial "Más vale pájaro en mano...". No arriesgo mi cuadrado y hermético cuerpo en formas circulares gélidas; mejor el calor de lo confortable y conocido. Y por último, su compañero, el miedo, esa sensación que nos mantiene en la inacción, temiendo lo que no sucede aún y nos dormita en la habitación que podemos recorrer tras la puerta, temiendo que lo de afuera nos comerá.




Sea por recuerdo, por un rapto momentáneo, dependecia, en la espera de...,por comprender, hemos estado aquí.




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